UNA VIDA SALVADA.
- Jasser Manjarrez
- 17 mar
- 2 Min. de lectura
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:12
Buenos días, la bendición de Dios sobre sus vidas.
Todos conocemos los hechos que dieron a luz la realidad que cambió la vida del mundo entero. La muerte de Jesús en la cruz marcó un antes y un después en toda la humanidad; este fue el hecho de sangre que abrió una puerta en el cielo para todos aquellos que creemos y vivimos para él.
Amigos, lo que hoy celebramos, ayer costo un precio muy alto; lo que hoy pone un sello especial en nuestras vidas, ayer fue muerte y resurrección. Por esto, todo nacido de nuevo tiene la capacidad de vivir mostrando las virtudes de aquel que un día lo llamó a luz admirable. No podemos mentirnos a nosotros mismos, si nuestras vidas le pertenecen a Dios. Debemos dar evidencia de que esa fe que hoy profesamos y vivimos es real y cambia vidas.
Muchos nos preguntamos: ¿cómo podemos hacer que otros conozcan de Dios? Pues una respuesta sencilla sería: tu fe y estilo de vida anuncian aquel que un día murió en la cruz. Somos cartas públicas que anuncian la verdad que salva vidas, la fe que hoy profesamos se vive con pasión, entrega, amor y compromiso. Todo el que profese esta fe verdadera debe evidenciar un cambio. No podemos nadar en dos aguas, no podemos tener una doble vida, y tener una vida llena de simplezas cuando tenemos una gran responsabilidad en nuestras manos.
Todo el que cree y vive para Dios tiene un poder interno que no lo puede explicar. Esta es la presencia del Espíritu santo que todos los días mueve sus hilos para llevarnos a parecernos más a él todos los días. Esta semejanza nos lleva a crecer, a morir a nosotros mismos, a buscar más de su presencia y a una dependencia absoluta. Sin duda, una vida salvada, es una persona que con solo caminar da evidencia de la cruz que carga todos los días.
Señores, es tiempo de dar evidencia de la vida que llevemos por dentro. No es solo vivir de anuncios, no solo es ir a los cultos en las iglesias, no solo es leer la biblia de vez en cuando. Esta fe es mucho más que eso. Quizás no tenga palabras para describir lo que representa esta vida, pero lo que sí puedo decir; es que todo el que ha muerto y resucitado para Dios vive en un agradecimiento permanente, mostrando con amor los principios tallados en su corazón.
Hoy debemos preguntarnos esto: ¿realmente soy salvo? ¿Mi vida da evidencia de una fe auténtica? ¿Amamos todo lo que Dios ama? Creo que estas simples preguntas pueden inducir a una respuesta que nos lleve a buscar más de su voluntad. Si tú has sido salvado por Jesús, entonces sin duda alguna; tu vida, cuerpo, mente y corazón lo deben gritar. Que tu grito hoy, sea la expresión de frutos dignos de arrepentimiento.
Bendiciones.
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