¿QUÉ TIENES PARA DAR?
- Jasser Manjarrez
- 18 jun
- 2 Min. de lectura
«Más Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.»
En un mundo que cada día demanda algo de nosotros, se ha vuelto indispensable entregar algo, pues si no tienes algo que ofrecer, sencillamente tendrás algo que perder. El sistema de hoy nos dice: si no entregar pierdes, pues yo les digo: el entregar no es perder, sino potencializar a otro. Entregar no es perder, sino cultivar lo que llevas por dentro. Lo que tú y yo tenemos en las manos no es lo que todos prefirieren, pero es lo que realmente necesitan.
En esta medida, tenemos que aprender de estos hombres, porque realmente nunca se ha tratado de nosotros, sino de lo que él ha depositado en nosotros. Por ende, no es lo grande lo que define lo que puedes entregar, sino la expresión de un amor latente que nos impulsa a entregar lo que llevamos de Dios. No te enfoques en los milagros, porque un abrazo, también sana, una palabra reconforta, y un testimonio inspira.
Jesús comparó la fe con un grano de mostaza. Bueno, entremos en esa realidad, no importando lo grande o lo pequeño que tengas de Dios, lo preponderante es cuidar y entregarlo en el momento indicado. Así como el fruto debe ser cuidado, lo que portas de Dios debe ser protegido y amado, porque lo que para ti es un don, para otro es la vida. Quizás no alcances a dimensionar lo que portas de Dios; por ende, cada don requiere una gran responsabilidad.
¿Qué es lo mejor que podríamos entregar? Pedro y Juan no tenían dinero. Pero se habían preparado para dar algo trascendental y perdurable que transforma: el amor de Dios. En un mundo materialista, se cree que lo mejor que podemos dar es dinero, y así mismo que es lo que la gente necesita.
Pero no hay nada más distante de la realidad: lo que más se necesita es el amor. El amor es tan poderoso que sana emocional y físicamente, y restaura de manera real la vida de las personas. Ellos entregaron un toque del amor de Dios sobre el paralítico y cambiaron su vida para siempre. Creo que hoy no podemos callar, que los colegios, las familias y las universidades se deben llenar de lo de Dios, pero para eso el cielo necesita que lo que portas esté activo, vivo y cuidado.
Da lo que tienes. Comparte tu fe, la palabra, tu testimonio, tu oración. Sé un canal de bendición. Estamos llamados a estar listos para bendecir en cualquier momento. No solo te enfoques en ti, lo que portas crece cuando se comparte, por ende, pon tu mirada lejos de ti, y permite que otros sepan de la bondad y del amor de Dios.
Deja que tus redes hablen de aquel que un día murió y al tercer día resucito.
Bendiciones…
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