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El DESEO DE DIOS

  • Foto del escritor: Jasser Manjarrez
    Jasser Manjarrez
  • hace 9 horas
  • 2 Min. de lectura

¡Te haré inquebrantable como el diamante, inconmovible como la roca! No les tengas miedo ni te asustes, por más que sean un pueblo rebelde». Ezequiel 3:9


A veces nuestras mentes finitas no alcanzan a dimensionar el esplendor de un Padre que mueve sus hilos para tejer y restaurar lo que en nosotros nos hace falta. Estar en las manos del alfarero es lo mejor que nos puedes suceder, porque los gritos de tu dolor hoy, serán los sonidos de victoria mañana.


No te apresures, las grandes obras toman su tiempo, y tú estás siendo formado de un material que no se rompe y mucho menos se quebranta, porque para estar arriba muchas veces se necesita firmeza. Dios nunca nos expone afuera, sin antes alterarnos por dentro, y aunque te sientas desfallecer, entiende que los muertos en sus manos también resucitan.


Se aproxima un tiempo de piedras vivas, lo que estaban tirados, Dios los levantará con fuerza. Escuchamos el rugir de una generación Joven que estaban enmudecidos, pero se aproxima el tiempo de hablar y gritar. Tus procesos no te han hecho débil, sino más fuerte, porque lo que Dios desea es despertar ese león que duerme en tu interior.


Si de algo estoy seguro es que caer en las manos de Dios es lo mejor que nos puede pasar, porque la gestión de sus movimientos nos llevará a la cima de su deseo en nosotros. Déjate guiar y permite que esa vasija sea moldeada de tal forma que su imagen sea el sello que resplandezca en tu vida. No pidas sin antes tener, porque muchas veces los afanes nos gobiernan en aras de mostrar lo que portamos. Es mejor esperar el momento y ser enviados, porque será el respaldo divino cubriendo tu vida.


Ezequiel tenía que ser fuerte, a lo que se iba a enfrentar era un pueblo duro que no quería escuchar la palabra de Dios, pero para un corazón duro Dios tiene diamantes y rocas que son inconmovibles. En otras palabras, Dios tiene respuestas guardadas en procesos oscuros, lo que uno muchas veces cree que es una carga pesada, en la respuesta que otros necesitan.


Por eso creo que lo que cargas es la respuesta que otros necesitan, deja que el señor te guíe y te enseñe a dar los pasos que te conducen a llevar la verdad a los cautivos y oprimidos. Quizás digas: no puedo con tanto, pero yo creo que sí, porque, aunque hoy no dimensiones lo que te espera, son a veces los procesos los que nos llevan a los escenarios de grandes conquistas. Es las manos de Dios, estarás bien, es el lugar más seguro que puede existir. Disfruta tu instancia, porque sin duda es pasajera.


Bendiciones

 
 
 

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Jhorman Araujo
Jhorman Araujo
hace 9 horas
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El barro en manos del Alfarero


Así como el barro no puede tomar forma por sí solo, nuestras vidas necesitan ser moldeadas por las manos del Alfarero divino. Dios, con amor y paciencia, nos toma tal como somos—quebrantados, impuros, sin forma—y empieza su obra perfecta. A veces el proceso duele, a veces no entendemos por qué somos aplastados o vueltos a empezar, pero es ahí donde Él nos prepara para un propósito eterno.


En Sus manos, lo que parecía inútil cobra sentido. Él no desecha, Él transforma.


"Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda... entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh…


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