TRANSFORMANDO ATMÓSFERAS II

De repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. Hechos 2:2.

Buenos días, que el amor y la bendición del padre sea sobre todos nosotros.

Entendíamos que a través de la adoración crecemos en conocimiento y fidelidad. Por tanto, para ser transformadores de ambientes necesitamos depender de una adoración genuina. Sin embargo, se hace muy necesario entender que para rendir alabanzas a Dios no debemos estar sujetos a un lugar o al sentimiento que nos embarga en el instante, puesto que, cuando esto sucede, entonces no estamos transformando atmósferas, sino que estamos adorando según la necesidad del momento y recordemos que dicen las escrituras que el está buscando adoradores que se rindan en espíritu y en verdad, no gente que tome puesto de bombero y solo encienda las sirenas de adoración cuando vea que el fuego le está dando al cuello.

Por otra parte, con todo esto entendemos que Dios se deleita en medio de la alabanza de su pueblo. Pero lo que me llama la atención es que en las escrituras hay un versículo que manifiesta que “Todo lo que respire alabe a Jehová” quizás, muchos diremos, pero hay momentos del día en los que estamos tan ocupados en el trabajo, en la casa, en la universidad, o en el colegio que no contamos con un tiempo estipulado para por lo menos elevar un cántico de alabanza.

Mi amado, te tengo una excelente noticia, Dios llevo a cabo una creación perfecta y en ella constituyó que todo lo que respire debe rendirle alabanza, y esto último se fundamenta bajo el hecho de que todos y cada uno de nosotros pronunciamos su nombre incluso al momento de respirar, pues el tetragrámaton es una combinación de cuatro letras hebreas que son “YHWH” las cuales al ser traducidas significa DIOS, e incluso; muchos expertos han dado cuenta de que la pronunciación de estas cuatro letras dan alusión al sonido de la respiración, YH (inhala) WH (Exhala) lo cual da respuesta al versículo que dice “Todo lo que respire alabe a Dios” por lo tanto, desde nuestro nacimiento hasta nuestro último suspiro rendiremos alabanzas a nuestro creador.

Por otro lado, tengamos muy en cuenta que Dios está en todas partes, pero no en todo lugar se hace manifiesta, y saben ¿por qué? Porque la adoración es la única arma que establece una atmósfera divina en la tierra, porque por medio de las alabanzas proclamamos los hechos de Dios con su pueblo, pero por medio de la adoración declaramos quién es el señor.

Señores, en las escrituras hay una historia conmovedora donde Jesús estaba predicando la palabra y había una multitud que lo observaba indiferente en medio de una atmósfera lista para producir milagros, sin embargo, hubo unos osados que entraron ingeniosamente por el techo cargando a uno que era paralítico y estos que no estuvieron desde el principio, fueron los arrebatadores de milagros en medio de una atmósfera de gloria que había sido creada por medio de la oración de Jesús, es decir, que hay milagros que quedan estancados, porque hay gente que no sabe responder a la presencia de Dios.

Amado, podemos predicar y dar a conocer la revelación más profunda, pero nada va a ocurrir si el pueblo no entiende para qué ha nacido. Todos una vez llegamos a Cristo debemos manifestar que hemos sido libres para danzar, cantar, correr. Porque donde está el espíritu de Dios hay libertad, pero si aún le cuesta adorar y cambiar el ambiente es porque, aún hay reseñas de ataduras y ante esto debemos abrir los ojos.

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