TIPO MUJER SAMARITANA.

Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Cristo? Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él. Juan 4:28-30

Buenos días, que la bendición de Dios este sobre su vida.

Una de las escenas que más me cautiva es esta, pues aquí podemos ver un cuadro cargado de revelación, amor, paciencia y verdad. Los mismos ingredientes que hemos visto derramar en nuestras vidas. La bondad de Dios no se consume, ni mucho menos cambia; por eso, cada día vemos cómo sus planes nos atraen con cuerdas de amor.

Pregunto: ¿Qué sería de nuestras vidas si Dios no está presente? Creo que sería la misma de la mujer samaritana, llena de cautividad y a expensas de la voluntad y pensamientos de otros. Los argumentos de esta mujer intentaron frenar lo que Jesús deseaba hacer en ella, pero cuando la intención de Dios es cambiarnos de posición y de vida, no existen argumentos que se puedan igualar a sus planes. Cuando la voz de Dios se expresa, el propósito divino se revela en nuestras vidas.

La voz de Dios tiene la capacidad de crear de lo que no existe, y eso lo podemos ver en toda la escritura, pero también es paciente para llevarnos poco a poco a nuestro punto de partida. En esta conversación vemos la pausa que Jesús asienta con el propósito de ir quitando vendas que por mucho tiempo le habían impedido ver y conocer la verdad.

Pero en toda historia, siempre existe un punto de quiebre para que algo nuevo se manifieste. Escuchen, humanos; recibir la verdad de Dios debe causar movimientos que nos llevan a una transformación genuina. Si eso no está pasando en nosotros, quizás no es la voz de Dios la que predomina en nosotros. Esta mujer no necesitó de muchas consejerías para convertirse en su voz en toda Samaria. Aquí vemos que de lo vil y menospreciado usa Dios para traer vida y propósito a los demás.

Lo que me cautiva y me enseña es que esta mujer no necesitó de muchas palabras para correr a sus pies, pero nosotros queremos vivir escuchando a Dios sin hacer nada por cambiar. Mis amados, cinco minutos de cielos abiertos le bastaron para vivir a su forma para siempre. Es bueno que Dios nos hable, pero también es suficiente con lo que ya nos dijo. En la Biblia podemos encontrar más de 7000 promesas que hablan del plan y el anhelo de Dios en nuestras vidas.

Por esto creo que se necesitan más personas así, que solo una pisca de verdad haga que sus vidas sean transformadas por completo. No necesitamos de todo el pan para correr a sus pies, de las migajas que caen de la mesa podemos hacer grandes cosas, es decir; no necesitas de grandes palabras, con las pequeñas que salen del corazón de Dios tu vida puede cambiar.

Bendiciones.