SUMERGIDOS EN DIOS.
- Jasser Manjarrez
- 27 ene
- 2 Min. de lectura
Tu presencia me envuelve por completo; la palma de tu mano reposa sobre mí. Saber esto rebasa mi entendimiento; ¡es tan sublime que no alcanzo a comprenderlo! ¿Dónde puedo esconderme de tu espíritu? ¿Cómo podría huir de tu presencia?
Bendiciones que la mano y protección de Dios este sobre sus vidas.
Al ver esta declaración del rey David puedo ver algunas cosas que nos edifican y enseñan. Y lo primero es que tenemos que tener una conciencia de dependencia, y el resultado de esta conciencia nace en nosotros cuando existe una renovación total de nuestros entendiendo. Por eso, cuando vemos con los ojos del espíritu, sabemos que Dios está presente en todo, que no podemos huir de sus manos y de sus planes. El salmista dice que no lo puede explicar, pero mientras tengas este tipo de mentalidad siempre viviremos sumergidos en los ríos de Dios. No es cuestión que vivas orando las 24 horas del día, este tipo de mentalidad no hace saber que somos casa y aposento del Espíritu Santo.
Este tipo de mentalidad nos hace recordar que somos sacerdotes y que el fuego no se puede apagar, este tipo de mentalidad crea una demanda interna que nos hace refugiarnos en sus brazos. Mis amados, no solo quiero que escuches de Dios, también es necesario que alterar nuestra conciencia, porque cuando esa cambia vemos a Dios en todo lugar. Cuando somos transformados desde adentro, no me sumerjo en su presencia de vez en cuando como el paralítico del estanque de Bethesda, porque ahora es la misma presencia de Dios la que me absorbe y me hace vivir para él. Sumergidos no es asunto de una sola noche, esto es un asunto de una dependencia absoluta de Dios, sumergidos no es estado transitorio, es un hábitat reservado para todos aquellos que anhelan más.
Lo otro que veo es un concepto que se entrelaza con las palabras que expresa el cantor de Israel es, UN ÍNTIMO AMA TODO LO DE DIOS. Y este concepto no puede ser transitorio, tiene que ser nuestro estilo de vida. Dios no tiene favoritos, el Padre tiene íntimos y a esos les revela lo que su corazón expresa. No podemos ser más oidores o simpatizantes, Dios quiere íntimos con los cuales hablar, con los cuales trabajar y ejecutar sus planes en la tierra.
Ser íntimo no es asunto de doctrina, sino de oídos que saben escuchar a Dios. El Cielo necesita a más Marías postradas que a Martas desesperadas, porque los que se humillan serán exaltados. Este año, es el tiempo de escuchar a Dios con fuerza y correr a lo que él dice. En este 2025 el concepto de la intimidad con Dios no serán simples expresiones, sino de una identidad que se asume cuando él habita en nosotros.
Nuestras victorias en este tiempo no dependerán de nuestras fuerzas, sino de haber triunfado en lo secreto para que el galardón nos alcance en lo público.
Bendiciones.
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