SAL DE AHÍ.

No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. Isaías 43:18

Buenos días, que la bendición y el amor de Dios sea con cada uno de nosotros.

A menudo, el ser humano se ha acostumbrado a extrañar lo que un día “fue” pues existen dos factores que priman dentro de estos recuerdos y el primero se centra en el hecho de que en algún determinado momento se vivieron cosas buenas, a tal punto de no querer soltar lo vivido y con la esperanza de volverlo a repetir. Sin embargo, lo segundo se debe a que en algunos casos el pasado fue demasiado difícil y esto genera que muchos vivan con la preocupación de que algo malo sucederá y que todo va a acontecer de la misma manera.

No obstante, si aprendemos a ver desde la perspectiva de Dios, entonces entenderemos que cuando su palabra nos dice no traigáis a memoria las cosas antiguas, quiere decir, que nada de lo que un día fue volverá a ser, porque el todo lo hace nuevo, el problema es que a muchos nos está costando salir de ahí, y ya Dios abrió la puerta para liberarnos, pero nosotros decidimos volverla a cerrar, porque nos estamos aferrando a cosas que ya fueron y no volverán a ser.

Mis amados, el propósito de Dios con nosotros siempre ha sido bendecirnos, pero nosotros hemos tomado por costumbre volver a mirar atrás y esto fue lo que le sucedió a la esposa de Lot, pues dicen las escrituras que Lot se tardaba en salir y los ángeles del señor lo tomaron de la mano, porque el plan era destruir a Sodoma y Gomorra, pero la misericordia de Dios fue tanta, que quiso sacar a Lot y a su familia para que estos pudieran ser libres ante la destrucción que se avecinaba, sin embargo, cuando los ángeles le dicen a Lot “Corre, ponte a salvo y no mires atrás” al marchar la mujer de este hombre miro hacia atrás y quedó convertida en una estatua de sal.

Amados, mirar atrás es sinónimo de peligro, pues al correr si no mantenemos una dirección exacta de dónde vamos a pisar, claramente vamos a caer, porque los riesgos pueden venir y esto hace énfasis a que muchas veces estamos corriendo en nuestro presente, pero de vez en cuando nos detenemos a mirar hacia atrás y quedamos atrapados en aquellas escenas que un día nos hicieron felices o infelices. Por consiguiente, si no miramos fijamente hacia adelante, entonces no podremos proyectarnos al diseño tan maravilloso que el cielo ha preparado para cada uno de nosotros.

Amados, este es un buen día para ver manifiestas las maravillas de Dios en cada uno de nosotros, por esto, permitámosle al señor entrar y posarse en cada sueño y anhelo con el único fin de poder mirar hacia adelante bajo la dirección de Cristo en nosotros, pues, si continuamos dando pasos en falso, entonces siempre estaremos aferrados a cosas que un día fueron, y por ende, nuestra única preocupación es mirar de la misma forma que Dios lo hace, pues solo así entenderemos y recibiremos todo lo bueno y lo bonito que el cielo ha diseñado tanto para ti, como para mí

Bendiciones...