PROSPERAR EN EL ALMA.
- Jasser Manjarrez
- hace 2 días
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Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Juan 3:12
En esta carta del apóstol Juan podemos encontrar principios que sin duda nos equipan y preparan para avanzar sin mirar atrás, pero este versículo en particular puedo ver la guerra constante que debe existir en nosotros para poder crecer y dar frutos. El verdadero crecimiento es notorio cuando somos capaces de dominar aquellos que por mucho tiempo nos cortó la cabeza.
El crecimiento espiritual se evidencia cuando nuestra alma está descontaminada y sujeta a la voluntad divida, pero este no es un asunto que se logre de la noche a la mañana, porque entre más alimento espiritual consumas, más dominio propio tendrás. Entonces, el crecimiento implica renuncia, dolor, sacrificio, etc. Sobre todo, cuando nuestra alma, está llena de cosas que no agradan a Dios, pero sí es posible prosperar, porque es el deseo de Dios, solo debemos tener determinación para que nuestra alma prospere.
Entiende esto: DIOS QUIERE QUE PROSPERES, pero no solo en lo financiero, en lo familiar y relacional, sino que el balance de esta prosperidad es aquella que nace desde adentro. Sí, a medida que sanemos por dentro, raíces nuevas nacerán para plantar nuestros pies en su voluntad. La clave, entonces, no está afuera, la llave está por dentro y solo tú puedes, con determinación y confianza en Dios, conquistar ese territorio hostil y desconocido.
Mis amados, el resultado de lo que muestras se da por aquello que consumes. Entonces, dime qué compras o qué consumes y te mostraré un alma sana o enferma. Los ricos compran tiempo, los pobres compran cosas, los ambiciosos compran habilidad, los perezosos compran distracciones, pero un transformado busca, persigue y anhela lo de Dios. Dios prometió estar con nosotros siempre, el cielo ya hizo su parte, ahora te corresponde a ti avanzar y enfocarte en lo de adentro para que los verdaderos frutos se evidencien afuera.
Es necesario entonces ser determinantes, porque de lo contrario, siempre seremos adsorbidos por recuerdos, sueños y apetitos que no provienen del espíritu, sino de un alma demandante que no se cansa de exigir placer. Esta pelea es propia, porque es en la soledad y oscuridad de la noche cuando el verdadero guerrero(a) debe mostrar las armas espirituales para vencer cualquier tentación.
En este tiempo es necesario cortar y cuidar, cortar toda raíz seca que trae distracciones impidiendo que puedas avanzar, corta hoy mismo con todo vínculo que te robe la paz, corta con toda conversación que te lleva a pecar, corta con todo hábito que hace que el alma se engorde produciendo raíces profundas en tu interior. La mejor forma de prosperar es cortar y cuidar, por ende, cuida lo que Dios plantó en tu interior con empeño y dedicación, porque si no lo haces el calor, un alma demándate lo apagará. Depende de ti.
Bendiciones.
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