LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO.

Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Hechos 9:17

Buenos dias que la bendición de Dios este sobre tu vida.

Una de las promesas más hermosas que el cielo nos ha dejado, es la presencia del Espíritu santo, el consolador que nos guía a toda verdad, el que toma del corazón de Dios y revela a sus hijos en este tiempo. Muchos anhelan estar llenos y saciados de sustancias, licor y todo tipo de sensaciones que simulan un estado de tranquilidad, pero mientras no sea la presencia del Espíritu en nuestras vidas, nunca podremos palpar esa paz que solo Dios nos puede entregar.

Este era Saulo, un hombre que odiaba a la iglesia, la perseguía y encarcelaba a todos aquellos que confesaban su nombre como salvador, su corazón estaba lleno de maldad, de odio y rencor, pero cielo tenía un plan. Lo primero que vemos en la vida de este hombre es que el cielo prepara un encuentro que provocaría un antes y un después es la vida de este hombre. Dios tenía que quitar la ceguera, limpiar su corazón para llevarlo a una nueva realidad.

Lo que más me gusta es lo que sucede tiempo después Ananías orando por Pablo fue lleno del Espíritu santo, LA VIDA QUE LO LLENA TODO. Después de esto nunca más vimos sombra de la vida de ese viejo hombre, por eso creo, que esta vida tiene el poder de cambiarlo todo. Cuando el Espíritu Santo nos llena son sus deseos, planes y voluntad la que nos gobierna. Somos direccionados hacer la voluntad del padre en la tierra.

La vida del Apóstol estuvo acompañada de muchas manifestaciones de Dios, pero también de persecuciones, dolor, necesidades y cárceles, pero era la presencia del Espíritu que le sostenía a pesar de lo que estuviera padeciendo. Él sabía que la única forma de poder permanecer en pie en medio de la misión que debía cumplir era que la llenura del Espíritu santo estuviera en su vida. Mis amados, procuremos esta llenura, porque muchas veces los vientos nos mueven con felicidad, causando grandes estragos en nuestras vidas.

La llenura del Espíritu provocará que estemos firmes y seamos constante en cumplir la misión que el cielo mismo coloco en nuestro corazón, por ello, antes la llenura ficticia que te ofrece el mundo, busquemos la del cielo, esa que nos lleva a experimentar una paz que en el mundo nunca podremos encontrar.

Seamos llenos del Espíritu Santo y dejemos que sean sus fuerzas y poder que nos gobiernen por completo, direccionando nuestros pasos a hacer de forma constante una voluntad que nunca caduca.

Bendiciones..