LA VERDADERA FIDELIDAD.

Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia, de los cuales son Figelo y Hermógenes. 2 Timoteo 1.

Buenos dias, la bendición de Dios sobre sus vidas.

Una de las piedras más difíciles de quitar al pueblo de Dios siempre fue la infidelidad. Siempre vemos a Dios hablando por medio de sus profetas para que el pueblo pudiera ser fiel a sus mandamientos y palabra, pero este siempre corría según las aguas de su corazón. Por esto creo: Que la verdadera fidelidad ministerial nace, cuando en nuestros corazones habita el sueño de Dios.

Figelo y Hermógenes son amantes de las buenas temporadas, pero son los primeros que corren cuando los tiempos de crisis tocan nuestras puertas. Mis amados, cuando aprendemos a ver el sueño de Dios en la gente, la fidelidad nunca se hará esperar. Por eso, seamos fieles en las buenas y en las malas. Seamos amigos verdaderos que cruzan ríos y abren mares para llevar a los pies de Jesús al que lo necesita.

Hoy se ve mucho la infidelidad entre hermanos por diferentes motivos, y más allá de que tengamos que pasar por esta zona, esto siempre me habla de un corazón que necesita ser sano. Que este nuevo año nos lleve a buscar una mejor versión de cada uno de nosotros, porque cuando buscamos que Dios sea visible, siempre la ventana del amor estará abierta.

Pablo fue abandonado por esos que un día juraron que estarían a su lado siempre, pero cuando la dificultad se presentó, se marcharon de su lado, por esto; nuestros ojos deben estar puestos en Dios, porque él nunca nos soltara. El ser escogido hará que pasemos por estos valles, pero nuestra confianza y certeza siempre deben estar en su palabra y no en la de los hombres.

En Jesús vemos la capacidad de perdonar, aun cuando el hombre más cercano lo negó tres veces, y quizás como a hombres nos cueste mucho esta situación, pero aprender a perdonar traerá alivio a nuestros corazones. Deja que el amor que habita en tu corazón brote y abrace la reconciliación.

Si estás experimentando una situación parecida, deja todo en manos de Dios, pues él nunca te dejará solo. Nunca reveles tu corazón a todo el mundo, pues los grandes tesoros no se les muestran a todos. Abraza el amor siempre, pues es la llave que nos llevará a permanecer fieles y constantes.

Que Dios me los bendiga; y que nuestra fidelidad al hombre de Dios siempre esté ligada a una mirada puesta en el autor y consumador de la fe.

Bendiciones.