LA CONFIANZA QUE VENCE TUS MIEDOS.

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Isaías 41:10 (RVR1960)

Buenos días mis amados, que la gracia y la misericordia de Dios estén sobre ustedes hoy y siempre.

¿Qué nos dice el Señor acerca del miedo y la confianza en Él? Tantas cosas… Pero fue algo nuevo para mí enterarme de que hay más de 300 versículos de la Biblia (según la traducción que usemos) que contienen la frase “No temas”. Dios está familiarizado con las preocupaciones de sus criaturas, tal vez de una forma más obvia en Isaías 41:10. Me encanta cómo lo explica Trillia Newbell en su libro, Fear and Faith: Finding the Peace Your Heart Craves (Temor y fe: en busca de la paz que el corazón anhela).

<<Cuando el temor al hombre parece mayor que nuestra confianza en Dios o el temor por el futuro abruma nuestros pensamientos, o nuestro temor y las comparaciones nos despojan del gozo, el Señor proclama: No temas, yo estoy contigo... Cuando tus miedos te dicen:

• Que estás solo; Dios susurra: Yo soy tu Dios.

• Que tienes que ser fuerte; Dios te dice: Yo te daré la fuerza.

• Que caerás y fallarás, que tienes que reunir fuerza para ser todo lo que crees que el Señor desea que tú seas y que debes lograrlo por ti mismo, que no estás a la altura de las circunstancias y nunca lo estarás; Dios te dice: Yo te sostendré con la diestra de mi justicia. Tus miedos te dicen que temas; Dios te dice: “No desmayes”.>>

Su poder para sobreponerse es el poder (de la resurrección) que está disponible para todos los hijos de Dios. Trillia Newbell escribe: “Nunca superarás el temor a no estar a la altura de las circunstancias hasta que hayas abrazado la obra consumada de Jesús en la cruz. Y más adelante en el libro añade: “Dios me ha dado su Espíritu y por su gracia santificará mis pensamientos. Puedo ser tentada en mis pensamientos, pero puedo evitar pecar.

¡Qué verdad más gloriosa! Puedo estar tentada a temer, pero no necesito sucumbir al temor. Jesús es mi modelo de cómo echar mis temores sobre mi amado Padre. “Depositen en él toda ansiedad” (1 Pedro 5:7, NVI). Confiamos en Aquel cuyos hombros pueden cargar con todo el peso de nuestros miedos.

Cuanto más reconozcamos el miedo como un pecado, lo combatimos con las Escrituras y se lo entreguemos a nuestro Padre, más nos pareceremos a Cristo. Al aferrarnos a las promesas de Dios, se las repetimos a los pensamientos o deseados que pueden predisponernos para tener un día terrible aún antes de que nuestros pies salgan de las sábanas.

Estoy contigo. No desmayes. Yo soy tu Dios. Te daré fuerzas. Te ayudaré. Te sostendré. Esas son Sus promesas para nosotros.

Comparte, comenta y dale 👍