HASTA EL FINAL.

Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. (S. Mateo 5:11-12)

Buenos días, la bendición de Dios con cada uno de ustedes.

Dios no se equivoca y aunque muchos intenten razonar que sí, por medio de su palabra, vemos día a día que cada una de las expresiones plasmadas en ellas se cumplen. La historia misma es testigo de este acontecimiento, ello, por más aflicciones que sientas en este tiempo, ten la paciencia necesaria para saber esperar en él, porque estamos seguros de que sus promesas se cumplen día a día.

Es fácil entender que como humanos quisiéramos quitar parte del proceso que nos corresponde vivir para crecer y dar frutos en Dios, pero como espirituales sabemos que es la forma que el cielo usa para pulir y exponer sus tesoros en nosotros. Cuando el cántaro se rompe el fuego se manifiesta, por esto, una vida formada y tratada por Dios, expresa y manifiesta el amor que este mundo necesita.

Entiendo con esto, que como hombres naturales no quisiéramos pasar por momentos oscuros y difíciles, pero si damos un breve repaso por las escrituras, muchas veces vemos el quebranto como la antesala de la victoria, por esto, amados; la palabra se cumple cuando dice: Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Por esta razón, puedo ver aquí cosas con mucha facilidad; muchas de estas cosas tienen que pasar, no es que nosotros las provoquemos; sino que es por causa de la justicia y gracia que representamos. Jesús no cometió ningún error, pero eso no lo libró de ser acusado de ladrón, mentiroso, blasfemo y engañador.

Hoy muchas cosas se pueden estar sucediendo, pero tranquilo, tú y yo sabemos quiénes somos en Dios. Más bien alégrate y celebra, porque algo está sucediendo en el cielo. No desfallezcas por estás causas, son la consecuencia de cargar la cruz y seguir los pasos del maestro. El siervo a su maestro se ha de parecer, por ello, es inevitable que seamos golpeados, heridos y menospreciados. Es inevitable no tener marcas de guerra, porque todo aquel que lleva está cruz debe de saber que guerras y batallas debe enfrentar.

Por eso mi hermano(a) hoy te animo a seguir dándolo todo, hasta dejar el último suspiro en el campo de batalla. Sigue adelante y no desfallezcas, porque no es tiempo de rendirse. Aunque el fuego está ardiendo, dice la biblia en Isaías 43:2 "no te quemarás, ni la llama arderá en ti."

Es tiempo de confiar y permanecer quietos esperando su voluntad. El cielo va a desatar cosas que están retenidas, por eso sé paciente y espera en Jehová que es tu pronto auxilio. La consigna hoy es: Hasta el final...

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