GUERRA INTANGIBLE.

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. EFESIOS 6:12.

Buenos días, que la bendición y el amor de Dios sea sobre todos nosotros.

Podríamos considerar la palabra guerra como aquellas luchas que se manifiestan de manera prolongada y que tiene como consecuencia la manifestación de actos violentos. Sin embargo, existe una Guerra que no se detiene y marcha de forma constante, involucrándose en nuestro entorno y ejerciendo influencias no positivas en nuestras vidas.

Dicen las escrituras que a diario tenemos luchas constantes, pero también hace énfasis en que estas últimas no son manifestadas en forma de persona, sino bajo huestes espirituales que gobiernan en las regiones celestes. Es decir, que estos adeptos tienen como objetivo obstaculizar el propósito de Dios con su pueblo.

“Estamos en Guerra” mis amados, cada día estamos teniendo una conflagración demasiado fuerte, pero de mucha importancia. Pues ciertamente, es necesario entender que nuestra lucha no es cara a cara con una nación, tampoco se trata de la contienda que tenemos con otro individuo; sino de una guerra de reinos. Dichos reinos tienen un fin y es guiarnos hacia la verdad o simplemente sumergirnos en la mentira. Amados, nuestro combate en el ring es para vencer al pecado, debemos golpear con fuerza a la mentira, porque está solo busca engañarnos para desviarnos de la verdad de Jesucristo, recordemos que él dijo “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.

No obstante, necesitamos reconocer quién es nuestro enemigo, porque muchas veces creemos que somos nosotros los culpables de todo lo que nos sucede, pero realmente no podemos batallar en nuestras propias fuerzas, necesitamos la ayuda de Dios para poder salir en victoria de nuestros problemas; pero sobre todo necesitamos comprender que hay mentiras maquinadas muy sutilmente por nuestro enemigo espiritual, y son estas últimas las que penetran en nuestra mente tomando dominio de nosotros, y es así como llegamos a tomar decisiones de las cuales muchas veces no logramos entender el porqué.

Amados, sin duda alguna; Dios es bueno con todos nosotros, consideremos que incluso dentro de sus majestuosas atribuciones, él nos confirió a nosotros AUTORIDAD, por eso debemos caminar en dominio, pero también en Obediencia, porque de nada nos sirve saber que tenemos potestad, si no tenemos al señor en cuenta. Mis queridos, no es momento de desmayar, tengamos muy claro que el ejército de Dios no solo marcha en contra de principados y potestades, sino que también pelean por nuestra causa, por eso vivamos creyendo que somos vencedores, no por nuestra fuerza, sino por la causa de Dios, y su favor en medio de nosotros.

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