ES TIEMPO DE CREER.

Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40.

Buenos días, la bendición de Dios sobre sus vidas.

Nuestra vida está llena de escenas y sucesos que vienen con la intención de apagar o matar lo que apenas está naciendo. Sumado a eso, también contados con un sistema espiritual que se levanta con fuerzas cada vez que uno intenta dar pasos de fe. Cada impulso o movimiento de este sistema intenta desdibujar lo diseñado, haciendo que nuestros sentidos sean burlados y teñidos de colores que nos impiden ver la verdadera realidad.

Mis amados, Cristo es la realidad que está por encima de todo; por eso, lázaro estando muerto, no se pudo resistir a su llamado, por eso, Saulo, uno de los perseguidores más grande de la iglesia en aquel tiempo, no tuvo más salida que doblegarse a sus pies. Por eso, Saqueo estando a su lado, solo pudo darse cuenta de que algo en su interior estaba naciendo desde su corazón. En otras palabras; cuando la realidad del cielo nos abraza, la única salida que nos espera es el creer.

Este era el problema de Marta, que asociaba lo que Jesús podía hacer con tiempo futuro; pero sus sentidos y sentimientos llenos de dolor no podían apreciar que la clave estaba en CREER. Cuando se cree con el corazón correcto, nuestros ojos siempre serán testigo de su accionar. Cuando se cree sin temores y sin miedos, el cielo no se hará esperar, porque el CREER le da acceso a su poder. Muchas de respuestas están a la distancia de poderle creer y eso es lo que realmente necesitamos preguntarnos: ¿Realmente le creemos a Dios?

El creerle a Dios está lleno de movimientos que nos hacen vivir para él, este creer no está sujeto a emisiones temporales que nos hacen desfallecer con el tiempo. Este creer este sujeto a una vida que nos gobierna por dentro y nos hace permanecer firmes y estables sin importar la inclemencia de las circunstancias. A veces nos falta coraje y algo de valor, porque muchas veces nuestro creer está sujeto a concepciones idealizadas por mentes cautivas que tienen a desteñir su verdadera paternidad.

Lo que pretendo decirles es que Dios no entra en la razón, él camina sobre la lógica, por eso, no podemos catalogar su accionar, porque solo desde la perspectiva de la fe podremos entender lo que Dios puede hacer. Por ello, cree si preguntar, cree sin ver, porque estos son los realmente bienaventurados que son capaz de atribuir un milagro cuando el iris natural aun no lo ha pedido apreciar.

Que nuestra razón o concepción bíblica nunca tenga el poder de detener su mover, que nuestra perspectiva de la vida nunca pueda desfigurar el acto más grande de amor que nos vistió y arropó de esperanza y vida, abriendo un nuevo camino para toda la humanidad. Si hoy pudiéramos creer existirían más abrazos que rechazos, más perdón que engaños y más amor que rencor.

Bendiciones y comparte con alguien más.