CUIDA TU VIÑA.

No reparéis en que soy morena, Porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí; Me pusieron a guardar las viñas; Y mi viña, que era mía, no guardé. Cantares 1:6

Bueno dias, que la bendición del Padre este sobre tu vida.

Es grandioso poder reconocer la obra de Dios en nuestras vidas, porque ha sido su amor y voluntad los que han conducido nuestros pasos conforme a su deseo, llevándonos a experimentar lo que antes no podíamos. Estábamos ciego y caminando como esclavo producto de nuestros delitos y pecados. Pero Jesús nos libertó, para darnos vida y vida en abundancia, por ello, la esperanza de vida que tiene este mundo solo está en Cristo.

Comprender que este llamado nos ha dotado de capacidades y habilidades que nunca imaginamos, nos hará saber que también cargamos con una gran responsabilidad. No importa si eres joven, niño o adulto, todos debemos proteger y cuidar con nuestra vida lo que Dios deposito en nuestras manos. Mis amados, nada de lo que el cielo nos entregó se vende, nuestros principios no están en venta, nuestra fe no se comercializa, nuestra familia no se negocia, nuestro llamando no se pone en balanza para saber cuánto nos pueden ofrecer, lo que el cielo nos entregó en sacrificio, debemos cuidar con gallardía y coraje.

Somos tan privilegiados que no nos damos cuenta, solo con el simple hecho de saber que fuimos escogidos para ser portadores de su gracia y poder nos hace vivir de forma apartada, siendo la luz que este mundo necesita para poder encontrar el rumbo de la verdad. Pero muchas veces la seducción del mundo y del enemigo hace que nuestros principios sean cambiados por instantes de placeres que destruyen en segundos lo que en nuestras manos se encontraba. CUIDA TU VIÑA, eso que el cielo te entregó, protege cada centímetro y hazle saber a este mundo que nada de lo que cielo nos delegó está en venta.

Señores, la gracia que reposa en nuestras vidas será llamativa para muchos, pero debes de saber que no es tu luz, ni mucho menos tus vibras, sino la vida que portamos es la que hace que podamos resplandecer en medio de tanta oscuridad, por ello, no descuides lo que papá entregó en tu vida, sea grande, mucho o poco con ello tienes la responsabilidad de multiplicar su imagen en la tierra.

El cielo necesita una generación de testigos que sean capaz de caminar aun sir ver, pero con la firme convicción de que él siempre va a obrar a nuestro favor. Nada nos puede mover de nuestra asignación, por lo tanto, no te afanes en cuidar más lo de otros, primero vela y cuida lo tuyo para que tengas la autoridad de poder proteger lo de otro. Seamos entendidos en este tiempo, porque muchos hemos perdido lo que el cielo nos entregó, lo hemos vendido por un plato de lentejas como Esaú, pero ni sus lágrimas y arremetimiento les alcanzo para poder recibir la bendición de su padre.

Bendiciones...