CORAZÒN Y EMOCIÒN,

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. Proverbios 4:23.

Buen día, que el amor y la bendición de Dios sea sobre sus vidas.

En algún momento de nuestra vida hemos llegado a sentir enojo, antipatía, cólera, impaciencia, resentimiento, mal genio y entre otras molestias que se terminan convirtiendo en emociones que llegamos a expresar desde las palabras fríamente calculadas y llenas de sarcasmo hasta las que brotan ardientes con violencia. Pero, existe algo supremamente poderoso en medio de todo esto, y es que cuando entendemos que Dios es quien reside dentro de nosotros, entonces podremos ser guiados por su palabra; por esto él nos da instrucciones exactas de que debemos guardar nuestro corazón.

No obstante, no podemos eludir la realidad de que muchas veces llegamos a levantarnos de mal humor o incluso despertamos con deseos de dejar de lado todo lo que nos impulsa. Llegan momentos de la vida donde ya no queremos seguir a delante y todo esto es válido, porque incluso por naturaleza somos seres emocionales.

Sin embargo, esto no es malo en sí mismo, porque desde el inicio y dentro del diseño de Dios fuimos ideados de esta manera. Pero, a pesar de haber sido creados como seres emocionales, debemos tener mucho cuidado, porque al permitir que estos sentimientos nos gobiernen, entonces seremos guiados a tomar decisiones que pueden ser irreversibles, por esta razón dice la biblia que en la ira del hombre no opera la justicia de Dios. (Santiago 1:20)

Amados, las emociones nos pueden ENGAÑAR. Quizás vivamos situaciones circunstanciales complejas donde nos podemos llegar a sentir desesperados a tal punto de llegar a prometerle muchas cosas a Dios. Talvez tuviste un familiar enfermo o quizás necesitabas un empleo con urgencia; entonces acudiste a Dios para obtener su favor, pero le prometisteis servirle, buscarle más, o talvez le “entregaste tu corazón en ese momento “, pero al obtener tu bendición olvidaste tu promesa.

Amados, muchas veces la euforia del momento nos conduce a decir o hacer cosas que realmente no sentimos en nuestro corazón hacer y debemos tener cuidado con esto, porque Dios es un Dios de completo orden. Incluso otro ejemplo contextual ante situaciones como esta se debe a la elección de tu pareja sentimental “bajo lo que dicta tu corazón”. Recuerda que las emociones nos pueden llegar a engañar y la elección de la persona que te acompañará en el caminar con Cristo debe ser dirigido bajo el Espíritu, porque si no podrás fracasar.

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