BÚSCALO DE CORAZÓN
- Jasser Manjarrez
- hace 1 día
- 2 Min. de lectura
“Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová…” Jeremías 29:13-14 (RVR1960
Buscar a Dios no es un acto religioso, es una decisión del corazón. Dios no se esconde de nosotros, se deja encontrar por quienes le buscan con sinceridad. La mayor recompensa de la búsqueda es hallarlo a Él mismo. El hombre por naturaleza busca algo, pero cuando se trata de Dios se inventa todos los pretextos del mundo para delimitar esa búsqueda. La frase Dios espera se está haciendo famosa en estos tiempos.
No hay más placentero que buscar a sinceridad, no por rutina: Dios no responde a apariencias, sino a la entrega real. La búsqueda superficial no tiene fruto, pero cuando lo hacemos con el alma, Él se revela. Cuando dejamos los cántaros por ir detrás de sus planes y voluntad, sin duda; tendremos en encuentro permanente con él, porque seremos su casa.
Hoy necesitamos examinar nuestra motivación. ¿Le estás buscando solo por necesidad o por amor? Haz de tu búsqueda un estilo de vida, no una emergencia. En la antigüedad muchos buscaron a Jesús por una necesidad, muchos se llevaron el milagro, pero perdieron la vida. Muchos se conformaron con resolver una necesidad, sin darse cuenta de que se estaban perdiendo una vida en la eternidad. Y eso es conocer a Jesús. UNA VIDA EN LA ETERNIDAD, y no solo después de la muerte, sino que es la vida que surge cuando nos entregamos a él.
Cristo no solo suple una necesidad, y quizás es el enfoque que te impide conocerle más a fondo. Cristo es la plenitud que todo lo llena en todo. Por lo tanto, él es más que una necesidad. La necesidad es la excusa propicia para que le busques, pero nunca la razón que te lleva a buscarlo, porque cuando recibes lo que esperas, el olvido se despide con una sonrisa fingida sin saber que el dolor pronto incrementará.
Mis amados, hoy más que nunca, nuestra búsqueda debe ser sincera y fiel, no pretendiendo alcanzar sueños y planes, sino llenos de una firme convicción de encontrarlo a él, porque todo el que lo encuentra recibe vida, y eso es más grandioso que otra cualquier necesidad que podamos presentar. Un deleite constante debe renacer de nuestros corazones, porque hoy lo efímero pone lentes que nos hacen vivir para alcanzar lo inmediato, pero se nos olvida que fuimos creados para buscarlo a él primero.
Nuestras búsquedas son impulsadas por aquello que nos gobierna. Dime qué buscas, y te mostraré qué encontrarás. La regla que da origen a nuestra vida es: Buscad primeramente el Reino y su justicia, y todo lo demás será añadido. Dios no se esconde de ti, te está esperando. Su promesa es clara: si le buscas con todo el corazón, él se dejará encontrar. Y cuando le encuentres, nada volverá a ser igual.
Bendiciones.
Amén 🙌
Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre.
Mateo 7:8
En medio de la incertidumbre, Dios no se esconde ni se aleja: Él espera con los brazos abiertos a quien lo busca con sinceridad. No importa cuán lejos hayamos ido, su promesa es clara: cuando el corazón se rinde, el encuentro es inevitable. Él quiere restaurar, sanar y traer de vuelta todo lo que creíamos perdido. Basta un paso hacia Él… y Él corre hacia nosotros.