ORANDO EN TODO TIEMPO.

Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras. SALMOS 145:18.

Buenos días, que el amor de Dios sea sobre sus vidas.

Nuestra falta de oración debilita nuestra capacidad de poder escuchar la voz de Dios. La oración es el arma que nos permite contrarrestar los ataques y dificultades que puedan presentarse; puesto que Orar es la única opción que tenemos para poder descansar en la presencia de Dios, llevando nuestras cargas a él, y encontrando la esperanza que anhelamos ver en medio de tiempos de crisis.

Quizás, muchos de nosotros entendemos por oración aquella acción que nos permite entablar una conversación con Dios. Talvez, a lo largo de nuestra vida hemos podido entender esta realidad de una manera sencilla, donde simplemente expongamos el hecho de que “Orar es solo hablar con Dios”. Sin embargo, aunque parezca algo veraz y aunque muchas veces seamos muy conversadores; nos resulta difícil poder llevar a cabo está acción, y esto último se resume en que vivimos bajo una naturaleza de pecado y este siempre querrá que estemos lejos de Dios, por eso se hace necesario morir a la carne para poder entablar una relación con lo eterno. Recordemos que incluso David obligaba a su carne a rendir alabanzas a su creador.

Amados, no podemos ignorar el hecho de que el príncipe de este mundo busca cautivar nuestros cincos sentidos de tal modo que, perdamos conexión con lo del cielo. Por esta razón, existen muchas personas que están siendo esclavas de su propio tiempo, hay gente que está completamente dedicada a su trabajo, otros a las redes sociales y otros que despilfarran su tiempo en cosas que para nada edifican, centrándose en el hecho de que las 24/7 del día a muchos no le alcanzan para hacer todo lo que en su mente planean hacer.

Señores, ciertamente se hace necesario que podamos apartar un tiempo para Dios, recordemos que incluso los discípulos pidieron a Jesús que les enseñará a orar, porque ellos deseaban acercarse al señor, así como Cristo lo hacía en su intimidad. Ellos querían aprender a pedir, pero también querían perseverar en la oración. Por esto, recordemos mis amados que cuando un hijo de Dios clama, algo grande sucede, porque tenemos un Dios que escucha, un Dios que responde, y un Dios que pelea a favor de su pueblo, y la mejor arma que tenemos es la oración.

Amados míos, cuando entendamos verdaderamente que nuestra oración tiene la capacidad de producir cambios, entonces entenderemos que un lugar no podrá limitarnos, porque muchas veces creemos que no tenemos tiempo para hacerlo, pero incluso en una azotea podemos llevar a cabo está acción, así como lo hizo Pedro, o frente a una ventana como lo hacía Daniel, incluso en medio de la angustia, así como lo hizo Jonás dentro de la ballena. Amado, ciertamente a usted no lo limita el lugar, sino usted mismo, porque verdaderamente Dios siempre está a la espera de un clamor para actuar a nuestro favor, recordemos que dicen las escrituras que antes de pedir él ya sabe de qué tenemos necesidad.

Finalmente, recuerda que cuando mengües en la oración tu carne prevalecerá, y si esto último sucede, entonces no alcanzaremos lo que Dios mismo quiere entregarnos, porque estaremos siendo esclavos de nuestra propia naturaleza de pecado.

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